Cuidados para el hombre de 30 años

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Cuidados a los 30: no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy

A partir de los 30 es importante que los hombres olviden rutinas insanas y apuesten por cuidar su cara y su cuerpo. El secreto del éxito es la constancia y la dedicación, y aunque no es fácil, el resultado merece la pena.

Por Guillermo Álvarez  |  29 Agosto 2018

El tiempo pasa muy rápido, y cuando te quieres dar cuenta, la década de los 20 se ha terminado para ti. Mientras a tu alrededor ves a veinteañeros felices y despreocupados, tú ya has entrado en la treintena, esa etapa de la vida en la que se supone que hay que casarse, tener hijos y alcanzar el éxito profesional que siempre has estado buscando. Se acabaron las fiestas, el comer lo que te apetece en cada momento, el no hacer deporte porque da pereza... ¿se acabó lo bueno? No, lo bueno empieza ahora. Aunque biológicamente empieza el declive, estás alcanzando una madurez que te permite tomar mejores decisiones y disfrutar más y mejor de la vida. Además, sigues siendo joven, solo que (salvo excepciones) con más cabeza y experiencia que aquellos que todavía tienen un 2 por delante en su edad.

Tienes 30 años (o más), y si te casas, enhorabuena, pero si no te apetece hacerlo o no has encontrado a la persona adecuada, da igual. ¿Quieres tener hijos? Si puedes y te apetece, sé padre, pero si no es el momento o simplemente no quieres, no pasa nada. ¿Éxito profesional? Depende de lo que llame cada uno a tener éxito profesional. Todos estos requisitos para tener una vida plena y ser feliz no valen para cualquiera, así que aunque te agobien los 30, disfruta de tu existencia tal y como es. Lo que tenga que pasar, pasará, y si no pasa, encontrarás la manera de alcanzar la plenitud de otra manera.

Pero cuidado, esto no te da carta blanca. Porque vale que no quieras casarte, que los niños no entren en tus planes o que no logres un ascenso, pero hay algo que tienes que hacer a los 30 (y ojalá antes) y es innegociable: cuidarte. Estás en una etapa vital que tiene mucho que ofrecerte, y cada vez atesoras más experiencias que te enriquecen, y por eso tienes que cuidar tu mente, y no olvidarte de cuidar tu cuerpo. Si no has comenzado antes, no esperes a soplar 31 velas. No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy.

El sol no es tu amigo, la crema corporal, sí

Para empezar, tienes que pensar en la piel. Cuando vayas a la playa, a la piscina o simplemente te expongas al sol, debes aplicarte protector solar, sí, más de lo que lo hacías antes. Está claro que no eres un irresponsable y no tomabas el sol sin echarte bronceador, pero seguro que has hecho cosas que no deberías haber hecho. Ya no hay excusas. Además, tu piel se reseca más y aunque las quemaduras que más factura pasan son las que tienen lugar en las dos primeras décadas de existencia, ahora se te notan más y te sientan peor. Las manchas solares no tienen por qué ser graves, pero sí pueden resultar antiestéticas. También alcanzas cierta edad en la que coger tanto color no debería ser tan importante para ti, aunque en realidad no tendría que haberlo sido nunca, porque estar morenos no es estar guapos. Si pese a ello, te gusta estar moreno, utiliza una crema protectora hidratante, no grasa y a ser posible, antiedad. A partir de los 30, todas las precauciones son pocas.

Una cara hidratada, la clave del éxito

Pero no pienses que tus obligaciones cutáneas terminan cuando dejas de exponerte al sol. Quizás te depilas o quizás no, pero cremas depilatorias aparte, es posible que salvo que seas muy responsable y metódico, al salir de la ducha te secaras, te vistieras y se acabó. Pues no, entre el proceso de secarte y el de vestirte te toca algo más: derramar sobre tu cuerpo crema hidratante. Cada piel es un mundo, y debes tener cuidado si tu piel es grasa. Si es así, fíjate bien en que lo que adquieres sea antigrasa y te libere de ella. Si es seca, igual pero al revés, tienes que hacer un esfuerzo extra de hidratación. Lo importante es que identifiques tu tipo de piel y que apuestes por una crema corporal que te la mantenga cuidada e hidratada. Una exfoliación también es necesaria de vez en cuando, pero mejor céntrate en la crema, que tampoco es cuestión de abrumar.

Si hasta ahora no te habías cuidado la cara, es hora de empezar a hacerlo. Cremas y exfoliantes, tus nuevas mejores amigas.
Si hasta ahora no te habías cuidado la cara, es hora de empezar a hacerlo. Cremas y exfoliantes, tus nuevas mejores amigas. Shutterstock

La cara es el espejo del alma, y tienes que cuidarla. A los 30 empiezan a salir más arrugas, si es que no han salido ya antes. Es por eso que si antes no te has echado nada, no puedes dejar que pase ni un día más. Si ni un solo ser querido te ha regalado una serie de potingues para estar más guapo, regálate a ti mismo un set de productos para ponérselo un poco más difícil al paso del tiempo. Vale que no tienes que lanzarte ya a los antiarrugas, que tampoco tienes 40 años (aunque no te confíes, que están al caer), pero es necesario, vital y urgente que si no lo has hecho ya, apuestes por una rutina diaria. No necesitas mucho tiempo, tan solo unos minutos por la mañana y otros minutos por la noche. A todo esto añade la exfoliación facial una vez por semana y un contorno de ojos. Ni que decir tiene que después del afeitado no debes olvidarte del aftershave, ya que de no hacerlo no vas a calmar la agresión que has cometido contra la piel de tu rostro y cuello.

La hidratación es fundamental para tener un rostro luminoso y libre de arrugas. Tendrás las de expresión, pero retrasarás la aparición de otras no tan estéticas. Si tu piel es grasa lo va a seguir siendo durante toda tu vida, igual que si es seca, aunque lo más probable es que sea mixta, y que tienda a engrasarse en la frente y la nariz. Sea como fuere, para una rutina que puedas cumplir empieza con un jabón limpiador que te prepara la piel para arrastrar todo lo que sobra. Una vez lo hayas hecho y te hayas secado, pasa a la siguiente fase con un tónico que acaba con las impurezas y que debes aplicar con un disco desmaquillante o un algodón. El sérum es alternativo, pero nunca viene mal. Si te estás iniciando en los cuidados cosméticos puedes prescindir de él, pero solo durante una temporada. Finalmente, aplícate una buena crema hidratante que refresque tu piel y la purifique. Repite la operación por la noche y no pongas excusas. No te da tanta pereza ver una serie o salir a cenar, así que reserva 5 minutos por la mañana y otros 5 antes de acostarte para esta rutina necesaria. Ya verás lo bien que te vas a ver enseguida y lo poco que te va a costar seguir estos pasos.

La importancia de unas manos cuidadas

Tus manos y tus pies no siempre son bien tratados. Más allá de que elijas siempre un calzado cómodo, agradable y de calidad, una buena crema de pies es importante para luchar contra durezas y otros problemas. Con las manos pasa lo mismo. Aunque la textura no siempre es agradable, las cremas de manos son un must have, sobre todo en invierno. No dejes que tus manos se agrieten y mantenlas suaves. Una vez más, la clave es la hidratación, no lo olvides. Aunque a los 20 no sepas lo que es llevar una buena manicura y pedicura, a los 30 tienes que familiarizarte. Llevar las uñas cuidadas, bien cortadas y limadas no es una opción, es una obligación y toda una carta de presentación. ¿Qué piensas si ves a un hombre que se muerde las uñas? Nada bueno, efectivamente.

Que no falte el pelo... en la cabeza

El pelo (en la cabeza) no es el mejor amigo del hombre, pero casi. Hay varones que llevan bien no tenerlo o irlo perdiendo, mientras que otros lo ven como una tragedia o rezan para que esa cabellera que poseen se mantenga toda la vida. Es precisamente a partir de los 30 cuando hay que cuidarlo más, si bien es cierto que algunos hombres muestran signos de alopecia en la veintena. De todos modos, se tengan o no problemas de caída hay que cuidar el cabello, y además hacerlo es muy sencillo y no requiere demasiado esfuerzo.

Además del champú, que debe ser adecuado a nuestro tipo de cabello, es recomendable el uso de una mascarilla de vez en cuando que fortalezca el pelo. No debes pasarte lavándote la cabeza, y aunque es habitual que un hombre lo haga todos los días, no se te ocurra echarte champú dos veces o más en una sola jornada. No te pases con la laca, espuma o gomina como hacías cuando eras un despreocupado veinteañero. El pelo sufre con determinados productos, así que modera su uso. Si nada funciona y empiezas a perder cabello tienes tres opciones, o un tratamiento específico, o un injerto capilar o explorar cómo queda tu look con poco pelo.

Dieta sana y no te escaquees del gimnasio

¿Has sido siempre un hombre deportista y acudes al gimnasio con regularidad? Enhorabuena. Si formas parte de este grueso de la población masculina que ha llegado a los 30 y no hace ejercicio con regularidad desde hace años... todavía estás a tiempo de dar un giro a tu vida antes de que lleguen los 40 y esos kilos de más te acompañen durante el resto de tus días.

En la treintena es importante que afiances tu rutina deportiva y dediques entre tres y cinco días por semana a ir al gimnasio (una o dos horas por sesión). Allí haz cardio, sobre todo si quieres mantener tu peso, y céntrate en la bicicleta estática y la cinta. Después pasa por las máquinas, y no cometas el error de centrarte en el torso y brazos y olvidar de que las piernas también existen; a lo mejor a los 25 años es más fácil corregirlo, pero a los 30 ya no tanto. Combina los ejercicios para que sean completos, y si dudas, consulta con un monitor del gimnasio. Los abdominales son tus peores enemigos, pero al mismo tiempo son tus amigos. La barriga empieza a crecer con el paso del tiempo, y si no pones freno, va a quedarse ahí para siempre. No lo permitas y lánzate a una rutina con abdominales para conseguir, no ya el six pack, que tampoco vamos a tirar tanto por lo alto, pero sí un vientre plano. A los 30 quizás no verás resultados, pero a los 31 te verás más delgado o musculado, en función de tus características y posibilidades.

Con todo ello te vas a ver mejor físicamente y psicológicamente, gozando de una plenitud que quizás te parecía imposible cuando eras un veinteañero que pensaba que tenía mucho tiempo por delante para hacer deporte. Hablando de deporte, no te centres solo en el gimnasio y practica disciplinas como el tenis o el pádel. Estás en la edad perfecta para ellos y no tanto para el fútbol o el baloncesto, que al ser de contacto pueden empezar a resultar más agresivos para tu cuerpo.

El tenis es un deporte ideal a partir de los 30: ejercicio físico que no destroza tu cuerpo
El tenis es un deporte ideal a partir de los 30: ejercicio físico que no destroza tu cuerpo Shutterstock

No renuncies a dormir al menos 7 horas. Es mejor dormir 8, pero todos somos conscientes de que con las responsabilidades diarias, es complicado pasar un tercio del día en la cama. Al menos, según cumples años tienes menos ganas de fiesta y te vas a ir acostando antes, descubriendo que las mañanas también pueden ser interesantes. Vale... no lo son tanto, pero hay que ver el lado positivo a todo. No es cuestión de que te encierres en casa y no vuelvas a pisar un bar o una discoteca, pero tienes que tener más cabeza que cuando salías tres días seguidos y te ibas de after. Ese tiempo ya pasó y tu hígado lo agradece. Otra ventaja de dormir más y salir menos es que reduces el consumo de bebidas alcohólicas. Deja las bebidas de alta graduación e ingiere más agua, concretamente un mínimo de dos litros al día. Si quieres tomar alcohol, mejor vino, y mejor tinto, y si quieres estar más despejado por las mañanas, duerme más y toma menos café, que no te viene bien consumir tanto. ¿Fumar? ¿Qué es eso? Si todavía encadenas un cigarrillo tras otro es hora de que lo vayas dejando, porque no te hace ningún bien. No es bueno para tu cuerpo, no es bueno para tu piel, y tampoco es bueno para tu bolsillo.

Finalmente, la dieta del treintañero ha de ser como la de cualquier edad, pero con más antioxidantes como frutas y verduras, que nos protegen contra los radicales libres y ayudan a retrasar el envejecimiento. Los frutos rojos son estupendos, así que céntrate en ellos, pero no renuncies a las frutas que están disponibles todo el año como manzanas o naranjas. En cuanto a las verduras, quédate con el brócoli por mucho que su sabor pueda no ser especialmente agradable. Sé fuerte, tu salud lo merece.

Las proteínas y la Vitamina B son necesarias para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo y para cuidarlo también por fuera. Come carne blanca, roja solo de dos a cuatro veces al mes, no prescindas de un vaso de leche al día, pero solo uno, cocina pescado, mejor si es azul, y si te entra hambre a deshoras, come frutos secos. Las legumbres son muy buenas, pero toma tres veces por semana, no te pases. Y como consejo final, ya tienes bastantes años para tomar tantos dulces, como mucho reserva un día a la semana para pegarte un capricho. Tienes 30 años, ya eres lo bastante mayor para poner en práctica estos consejos y recomendaciones que harán que tu vida sea un poco mejor.

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