No te resistas: la pana ha vuelto para quedarse

Bershka

Cualquier tiempo pasado fue mejor: la pana regresa reconvertida en una prenda millennial

Tras años en la sombra, la pana renace de sus cenizas con los errores aprendidos y con el objetivo de cautivar a los millennials igual que lo hizo con la generación del baby boom décadas atrás.

Por Guille Galindo  |  19 Octubre 2018

La pana tiene más vidas que Kenny de 'South Park'. Cuando parecida muerta y enterrada, resurge ahora como si de un zombie en Halloween se tratara dispuesta a ocupar todos los armarios posibles. Y cuidado, lo está consiguiendo.

Una tradición que se cuenta por siglos

La pana nos lleva a tiempos de Felipe González, de gente esperanzada con el PSOE. Treinta años después, volvemos a las andadas (en todo). Pero, ¿qué tiene esta prenda que no podemos desprendernos totalmente de ella?

Elaborada por los británicos y patentada por los franceses, durante la Revolución Industrial (siglo XVIII) la fortaleza de su textura y lo barato que salía el algodón la convirtieron en el material imprescindible en los trajes de los obreros en las fábricas.

De presenciar las revoluciones en la industria y en el movimiento obrero, la pana pasó a partir de los años 20 a complementar el vestuario de la burguesía y aristocracia. Primero con los uniformes de los niños en los colegios de pago, más tarde, en los outfit de sus padres para salir a cazar. Estábamos ya en los años 50, y el vaquero había arrasado a todo rival en la moda de la calle, por lo que tampoco le quedó mucho más mercado al que acercarse.

Llegaron los 60, la década que volvió a convertir el mundo en un lugar interesante. Los jóvenes que asomaban la cabeza habían nacido tras la Segunda Guerra Mundial, y anhelaban un cambio en la sociedad tras la asfixiante tranquilidad que se vivía desde el conflicto más importante del siglo XX.

Una de las formas de liberación fue el movimiento hippie, que recuperó la pana como seña de identidad. El terciopelo volvía a su lugar primigenio, el pueblo, que lo llevó puesto en Mayo del 68 y otras protestas similares. Para los años 70 y 80 la pana había alcanzado el estatus de icono pop, y no había nadie sin un tejido de este tipo.

La pana tuvo uno de sus puntos álgidos a mediados de los 90. A partir de ahí comenzó la decadencia, con un pico en la entrada del nuevo milenio y la oscuridad más absoluta desde entonces. Los millennials veían esta tela como caduca, les recordaba demasiado a las andanzas de sus padres, mientras que ellos querían tener otras nuevas, construir su propia historia.

Ahora parece que volver al pasado no es tan mala idea. Ya en 2017 contemplamos atónitos un atisbo de resurrección de la pana en las tiendas low-cost tradicionales. No era más que un aviso de lo que estaba por venir. En 2018, la apuesta por la pana ha sido total desde el día en el que cayó la primera hoja.

Una pana modernizada para los millennials

Volvemos a repetir la pregunta: ¿Qué tiene esta prenda que no podemos desprendernos totalmente de ella? Mientras repasabas la historia hemos podido recopilar los puntos fuertes de esta prenda. Su comodidad y lo bien que combate al frío son, sin duda, sus aspectos más importantes.

Tras años apretados por la acción del pitillo ha surgido la reacción de los pantalones anchos de pana. No obstante, la tradición también debe adaptarse a las tendencias actuales, y muchos de estos pantalones llegan más estrechos o recortados por encima del tobillo.

Durante la defenestración que sufrió la pana, uno de los motivos por los que más se la criticó fue por su excesivo encasillamiento en pantalones y cazadoras, todas similares. Atenta a las peticiones de la gente, la pana ha traspasado en su retorno los límites de antaño y se ha incorporado a la mayoría de ropa que podemos llevar en nuestro día a día.

Cazadoras de todo tipo (de aviador, de corte recto, estilo trucker, estilo puffy...), blazers, camisas, bermudas y hasta mochilas y gorras han caído rendidas a una textura más rejuvenecida que nunca, no solo por los múltiples diseños, sino por todos los colores que ofrece.

Se acabó el ligar la pana al beige o marrón oscuro. En las tiendas podemos hacernos con prendas blancas, verdes, azules, rojas, rosas. Incluso en los pantalones encontramos variedad, tanto en forma como en color. Esto ha posibilitado un look mucho más casual, donde los botines y botas clásicas quedan tan bien como las sneakers.

Todos hemos sido un tanto reacios a la hora de acoger de nuevo la pana como opción para el streetstyle, para muchos por primera vez. Pero su nueva actualización nos deja un catálogo interesante de productos que no deberíamos menospreciar, ni mucho menos. Dale una oportunidad y hazte con alguno de ellos.

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