Tatuaje ocular, la moda más controvertida: ¿cambiar el color de los ojos es seguro?

Unsplash

Tatuaje ocular, la moda que los expertos esperan que no salga de EEUU

Cambiarse el color de los ojos de forma permanente ya es posible mediante una operación. ¿Pero es seguro, o es mejor seguir con las lentillas de colores?

Por Juan Pérez  |  05 Julio 2021

Acostumbrados como estamos a que nada nos convenza de nuestro cuerpo, la mayoría de inseguridades pueden corregirse mediante la cirugía y las operaciones estéticas. Más problemas surgen, eso sí, cuando lo que nos tiene amargados es algo tan natural como el color de nuestros ojos.

A todos nos gustaría ser rubio y con ojos azules y no moreno (o directamente calvo) y con unos ojos que no llaman la atención. Lo que la mayoría desconoce es que existe una operación que te permite lograrlo. Y no, evidentemente no nos referimos a los injertos de pelo, sino a la queratopigmentación.

Esta arriesgada cirugía que sirve para modificar la pigmentación ocular vivió su primer auge a mediados de la década pasada, cayendo en el olvido rápidamente por su peligrosidad y el evidente perfeccionamiento de las lentillas de colores, que venían a solventar un problema por mucho menos dinero y un riesgo infinitamente menor. Aun así, parece que en EEUU, donde necesitas una carísima prescripción médica para hacerte con unas lentillas de colores decentes, han vuelto a ver con buenos ojos, y nunca mejor dicho, la cirugía. Si quieres saber un poco más sobre esta operación, este artículo te interesa. Eso sí, más abajo tendrás la opinión de los expertos, que están deseando que la moda se quede exclusivamente al otro lado del Atlántico.

En qué consiste la queratopigmentación o tatuaje ocular

El color de los ojos se puede cambiar de forma natural a lo largo de nuestra vida, pero los cambios son mínimos. Nacemos con un tono muy claro, que comienza a oscurecerse a medida que pasan los 8-10 meses de edad. Cuando nos hacemos mayores, podemos notar cierto cambio, bien en una tonalidad más grisácea que se debe a un cambio en el arco senil, que es un arco gris o blanquecino por encima y por debajo de la parte exterior de la córnea. Sin embargo, actualmente existen muchas formas de hacerlo artificialmente, aunque no son totalmente recomendadas por oftalmólogos ya que no están lo suficientemente contrastadas en cuanto a que pueden llegar a ser perjudiciales para la visión.

Una técnica pero poco conocida es la de introducir un pequeño disco de silicona del color elegido sobre el iris. Otra consiste en, mediante láser, quemar la superficie del iris con el fin de proporcionarle un tono más azulado al ojo. De esta forma, el láser entra dentro de la parte del ojo interna donde se encuentran los pigmentos que le dan color, aunque la obstrucción de los pigmentos podría no drenarse del todo, aumentando la tensión y y derivando en un problema de glaucoma. Otro de los métodos más conocidos es el método de la queratopigmentación, una ciencia revolucionaria que consiste en colorear con tinte la córnea. Esta técnica, utilizada en sus inicios como terapia cosmética para mejorar el aspecto de ojos ciegos, es la más común actualmente.

Aunque ninguna de ellas está 100% recomendada, estas operaciones se han vuelto cada vez más populares por razones estéticas. En España, eso sí, no parece cercana la fecha en la que este tipo de cirugías, superior a los 5.000 euros en otros países, se lleve a cabo, y menos con la facilidad que existe a la hora de adquirir lentillas de colores, al contrario, como dijimos, que en EEUU. Y eso que tampoco las lentillas de colores gustan demasiado a los profesionales, que lo ven como un método que puede llegar a dañar innecesariamente los ojos. Al igual que cualquier lente de contacto, su uso requiere un conocimiento exhaustivo de los ojos y un cuidado atento. En definitiva, no son un disfraz.

A pesar de los riesgos que integra el uso de las lentillas de colores, estos son mucho menores que los de la queratopigmentación y otras operaciones de este estilo. Para los expertos, este cambio de color en los ojos no ofrece ninguna seguridad visual por la alta probabilidad de que puedan surgir algunas complicaciones. Si ya cualquier operación ocular es peligrosa, esta a la que nos referimos puede perjudicar mucho al iris, debilitándolo y provocando mayor fotosensibilidad, así como infecciones, una mayor presión en el ojo y otros problemas que podrían derivar en la pérdida parcial o total de la visión. Si las lentillas de colores no eran un juego, esto ya conlleva riesgos de otro nivel. Piénsatelo antes de asumirlos.

Artículos recomendados