Las barberías han vuelto para quedarse

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El éxito de las nuevas barberías: la combinación entre lo tradicional y lo innovador

El estilo hipster trajo las barbas, y las barbas favorecieron el regreso de las barberías. Ahora ni una ni otra piensan volver a caer en el abismo de la indiferencia, y estos establecimientos han encontrado en la unión entre tradición y vanguardia la fórmula del éxito.

Por Guille Galindo  |  30 Agosto 2018

Los barberos nos han acompañado durante milenios, y han sido fundamentales a la hora de gestar el estilo masculino con el paso del tiempo. En el siglo XXI el oficio de barbero se ha transformado, y las barberías han cedido terreno progresivamente a las peluquerías. No obstante, en los últimos años la tendencia se ha invertido, en gran parte por la proliferación de las barbas y un mayor cuidado de ellas.

Para conocer la barbería del presente, es necesario analizar la barbería del pasado. El establecimiento como tal tardó mucho más en aparecer, ya que los profesionales iban de casa en casa. Solo los más reputados pudieron hacerse con un local bien entrada la Edad Media, cuando su importancia no hacía más que aumentar.

El barbero, o cómo adaptarse a las necesidades de la población

El oficio llevaba instaurado mucho tiempo. En los grupos prehistóricos, los líderes eran los encargados de cortar la cabellera y la barba, debido a la creencia de que el pelo albergaba el alma de las personas. Desde entonces, el barbero contó con bastante influencia en la sociedad. Además, sus técnicas se perfeccionaron, con utensilios empleados en el Antiguo Egipto muy similares a los actuales.

En Grecia y Roma, el fervor por las barbas y los cuidados masculinos impulsó todavía más a los barberos hasta llegar a la Edad Media, donde se convirtieron en barberos-cirujanos. Por aquel entonces, era el clero el encargado de operar a la población, el único grupo social con un mínimo de conocimientos. Para contar con más ayuda enseñaron a los barberos la profesión, quienes la tomaron como propia una vez el papa Alejandro III prohibió a los clérigos seguir con esta práctica en el Concilio de Tours de 1163.

Las herramientas del barbero apenas han variado a lo largo de los años.
Las herramientas del barbero apenas han variado a lo largo de los años. Shutterstock

Hasta el siglo XVIII, los barberos se dedicaban tanto a afeitar como a extraer una muela o a sacar sangre al paciente. La polivalencia llevada al extremo. Fue entonces cuando los cirujanos más especializados pudieron desligarse por completo de la corporación de barberos por decisión del rey británico Jorge II, adoptada poco después por Luis XV en Francia. El prestigio social de los barberos se desvaneció, a la vez que la Ilustración fomentaba una nueva moda capilar, clave en el advenimiento de las peluquerías.

A partir de mediados del siglo XIX la barbería volvió a coger protagonismo, para perderlo una vez más con las peluquerías unisex que ocupan las calles desde hace décadas. Pero estos establecimientos se resisten a abandonarnos, y con la moda hipster encontraron un filón para un nuevo retorno por todo lo alto. Si bien esa moda parece que ha decaído con el paso del tiempo, nos ha dejado una herencia que para algunos se ha convertido ya en todo un signo de identidad: las barbas.

Lo clásico sigue en auge

"El sector ha vivido un repunte con la generalización de la barba, nos ha ayudado a crecer de nuevo y a estabilizarnos", señala Francisco Fraile, encargado de la barbería Malayerba en Madrid, ciudad que cuenta con un número creciente de establecimientos de este tipo en los últimos años al instaurarse la barba en la sociedad. La mayoría de ellos siguen un patrón común, una apuesta por el estilo clásico con el fin de recordar los "good old days" en los que las barberías eran iconos del urbanismo de las ciudades y centros de reunión.

Las barberías actuales mantienen la esencia del pasado. y eso las hace especiales.
Las barberías actuales mantienen la esencia del pasado. y eso las hace especiales. Barbería Malayerba

Pero ya no vivimos en el siglo XX, y no querer avanzar puede ser ruinoso para el negocio. La clave está en saber adaptarse, combinar tradición y vanguardia para aportar al cliente una sensación totalmente innovadora. "Hay que adaptarse a las nuevas modas. Ese fue uno de los principales motivos por los que la barbería cayó hace años en comparación con la peluquería unisex", apunta Juanjo Blasco de Barbers Crew, una barbería old school en pleno centro de la capital. A pesar de ello, asegura que sí es posible mantener una barbería clásica en la actualidad.

Nuevas tendencias

Algo similar opinan desde Bearbero, situada en el barrio de La Latina. "Lo clásico nunca muere, lo que mueren son las modas, por lo que la barbería tradicional actual ha tenido que adaptarse a las nuevas necesidades de los clientes".

¿Y cuáles son estas nuevas necesidades? Tienen que ver con la distinción y un trato más profesional y cercano, adaptado a cada cliente. Las barberías han encontrado su nicho de mercado en los hombres que quieren un trato personalizado, una experiencia diferente a la típica peluquería. "Se ha captado así también a clientes nuevos, más jóvenes que los tradicionales, que buscan la innovación que ahora se ofrece", manifiestan en Bearbero.

Nada mejor que acudir a una barbería para recibir un trato especializado según tus gustos.
Nada mejor que acudir a una barbería para recibir un trato especializado según tus gustos. Bearbero

Cada vez más millennials acuden a una barbería, algo impensable hace apenas unos años, cuando este establecimiento estaba asociado a gente mayor y anclada en el pasado. El rejuvenecimiento de las barberías, sin olvidar su esencia pero atentos a las novedades y tendencias actuales ha modificado esa percepción.

La barba se ha asentado en el estilo masculino, y eso también ha sido fundamental para un nuevo despegue de esta profesión milenaria. Las tres barberías consultadas coinciden en que lo que más piden los hombres en la actualidad es la combinación de corte de pelo y arreglo de barba, para obtener un nuevo look completo. Sin embargo, la barba no suele dejarse tan larga como hace unos años, ahora se buscan barbas más cortas y arregladas, con una forma perfecta.

La barbería 2.0 va más allá de los servicios tradicionales. No hay más que acceder a sus páginas web para darse cuenta. Venta online de productos de cuidado masculino (fundamentalmente de barba, claro) o incluso merchandising y bebidas alcohólicas artesanales aprovechando ese encanto clásico y la fortaleza de un estilo de marca que engancha.

Los clientes suelen pedir un corte de pelo y un arreglo de la barba cuando acuden a la cita.
Los clientes suelen pedir un corte de pelo y un arreglo de la barba cuando acuden a la cita. Barbers Crew

Un futuro esperanzador

Renovarse o morir. Los barberos ya no practican operaciones ni cirugías, sino que venden ginebra o champús especiales. Pero en lo importante, cortar el pelo y retocar la barba, siguen siendo la mejor opción. Su renovación ha atraído a una juventud muy preocupada por la estética, por lo que su futuro está asegurado.

Demasiado asegurado, incluso. Para Juanjo Blasco (Barbers Crew) "todo oficio que funciona bien tiene un problema, que todo el mundo quiere trabajar de ello. Creo que hay que ser un poco precavidos a la hora de abrir un negocio como este. No porque algo esté de moda significa que vaya a funcionar 100% seguro. En Madrid, por ejemplo, que es donde tenemos la barbería, hay barrios en los que ya hay una barbería en cada esquina prácticamente, y eso en un futuro puede no ser muy bueno".

Precauciones aparte, todos coinciden en que el porvenir es "prometedor". "El cliente al final, más allá de las modas, lo que quiere es un servicio especializado y de calidad. Si se lo ofreces, volverá, se lleve barba o afeitado, degradados o cortes clásicos", sentencia Francisco Fraile (Barbería Malayerba). En la nueva era de las barbas, las barberías reclaman el protagonismo perdido. Han vuelto para quedarse.

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