Pelo rapado: 7 ventajas de raparse el pelo

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Repasamos todas las ventajas que tiene raparse el pelo: ¿a qué esperas para cambiar de look?

Al principio cuesta y no lo verás claro, pero una vez dado el paso, el paraíso te espera... Te dejamos 7 ventajas de raparse el pelo (porque dar más ya sería abusar) para que no te lo pienses más.

Por Guille Galindo  |  12 Septiembre 2019

Admitámoslo, no nos gusta salir de la zona de confort. El ser humano es (o le han hecho convertirse en) un ser rutinario. El mismo trabajo durante años o décadas, los mismos bares, las mismas caras, los mismos días... En general, las mismas rutinas. Y claro, esto también influye en nuestro estilo. ¿Cuándo fue la última vez que te compraste algo completamente diferente a lo que sueles llevar? ¿Y la última vez que te hiciste algo diferente en el pelo?

Precisamente de eso vamos a hablar hoy. Salvo que la alopecia nos estropee la jugada, nuestro peinado apenas cambia pasada la adolescencia. Si tenemos el pelo largo, la melena ahí se queda. Si tenemos tupé para un lado, no nos atrevemos ni a cambiarlo de posición. Y así siempre.

Pero es hora de dar el paso. Todos tus amigos te dirán que te va a quedar mal y tu pareja pondrá cara rara cuando lo comentes, pero esquivadas esas balas, ha llegado el momento de raparse el pelo. Sí, el cambio es importante, pero vale la pena por muchos motivos. Si el de innovar con el look de cara a tus seguidores de Instagram no te sirve, te dejamos 7 más. Raro sería que, después de leer este artículo, no vayas directo a la peluquería o cojas una maquinilla tú mismo (algo que NO recomendamos).

1 No hace falta peinarse

¿Hay una sensación más gratificante que salir de la ducha, mirarte al espejo y decir: "anda, si no tengo que peinarme"? Si encontráis otra igual, escribidnos al correo de la redacción. Podemos esperar todo el día. Básicamente, porque no existe nada igual, sobre todo si tu ritual de peinado era bastante elaborado antes del rapado. Una alegría difícil de explicar, hay que vivirla.

La desesperación por peinarse y no encontrar la fórmula de cómo hacerlo puede llegar a ser un tormento.
La desesperación por peinarse y no encontrar la fórmula de cómo hacerlo puede llegar a ser un tormento. Shutterstock

2 Tu pelo respirará aliviado sin productos químicos

Tanto este punto como el siguiente están relacionados con el primero, el del peinado. Con el pelo más largo, peinarse se convierte en un problema. Sales de la ducha con una maraña asalvajada, o con el pelo hacia abajo como si fueras un emo, y no te queda más remedio que pasar por el dúo secador-peine y por el toque final de productos específicos como la laca, la gomina o la cera. Como podréis imaginar, ninguno de ellos es demasiado sano para nuestro cuero cabelludo. Incluso el peine, si no lo usas como es debido, puede dañar tu pelo. Si te rapas, puedes dejarlo todo en el armario unos cuantos meses. Eso que te ahorras.

3 Puedes ser puntual (o al menos llegar menos tarde)

Por ahorrar, ahorras hasta tiempo. Y mucho, además. Sin peinarse, sin estar calculando al milímetro que ningún pelo se escape en otra dirección o que se te quede un remolino que eche al traste todo tu esfuerzo, el tiempo que destinarás a tu preparación antes de salir es infinitamente menor que el de antes. Pero cuidado, no aproveches eso para entrar en la ducha cuarto de hora después de lo que estabas acostumbrado, porque de poco servirá entonces.

4 Con barba queda bien

Si te rapas el pelo, mantén la barba. Ya que vas a tener poco pelo en la parte superior, mantenlo en la inferior. No solo te facilitará el cambio y disminuirá el shock, sino que, además, es un look que combina a la perfección. Aporta un toque más rudo y maduro a tu rostro. Pasarás de parecer un cani de 21 a un tipo interesante de 28. Aprovecha la oportunidad.

5 Si estás clareando, es la mejor opción

El gran problema de los hombres sigue sin resolverse. La caída del pelo nos puede dejar en una situación comprometida, especialmente en cuanto a la autoestima. Cuando empecemos a ver más entradas de las que nos gustaría, quizás lo mejor sea apostar por el rapado, en este caso prácticamente al 0. Te olvidas de preocupaciones y, sumado a la barba que ya hemos comentado y a un par de meses de gimnasio, puede quedar más que decente.

Si te estás quedando calvo, ya sabes: rápate. Conserva tu dignidad.
Si te estás quedando calvo, ya sabes: rápate. Conserva tu dignidad. Shutterstock

6 En festivales es mucho más cómodo

Duchas congeladas, cero espejos, poco espacio en la mochila para tu peine y laca especiales, mucho calor y sudor, demasiada gente saltando, incluido tú... Olvídate de terminar la noche de festival con el pelo impoluto. Es sencillamente imposible. Pero, querido amigo, si te rapas el pelo antes de ir, todos estos problemas pasarán a un segundo plano (menos el de las duchas, que seguirán doliendo como agujas punzantes). Mientras todo el mundo está agobiado con su pelo, buscando espejos improvisados en los que fijarse, tú te pasearás tan tranquilo por el camping disfrutando del sufrimiento ajeno y pensando: "Dios mío, qué bien hice".

7 Da gusto pasarse la mano por la cabeza (y que te la pasen)

¿Cuántas veces han querido tocarte el pelo, aunque fuera de manera cariñosa, y te has apartado bruscamente porque iba a estropear tu peinado? Aunque los primeros días aún sigas teniendo el efecto reflejo, cuando te des cuenta dejarás que hombres, mujeres y niños se acerquen a, otrora, la zona más protegida de tu cuerpo. Y empezarás a tocarte tu propio pelo también por pura diversión, y no por la frustración que suponía notártelo mal peinado e intentar arreglarlo (sin éxito). Descubrirás que llevabas años perdiéndote uno de esos pequeños placeres de la vida, porque hay que ver lo que relaja.

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