Quemarse el cuero cabelludo con el sol: riesgos y cómo prevenirlo

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Quemarse el cuero cabelludo tomando el sol: el problema más incómodo del verano

Quemarse el cuero cabelludo es más común de lo parece, y bastante doloroso. Te mostramos los riesgos que existen y te ayudamos a prevenir o curar una quemadura de este tipo.

Por Guille Galindo  |  04 Agosto 2020

Durante las vacaciones de verano nos olvidamos de todas las preocupaciones, y nos centramos en disfrutar de los pocos días del año en los que no tenemos que estar pendientes de cosas que ni nos gustan ni nos interesan. Sin embargo, esta despreocupación puede terminar poniendo en riesgo nuestra propia salud. Y la culpa es del sol, pero también nuestra.

Los rayos ultravioleta (UV) del sol son imperceptibles para el ojo humano, pero realmente perjudiciales para nosotros si no hacemos nada para esquivar su acción directa en nuestra piel. Aunque muchos no le den importancia, en general tenemos asumido la necesidad de cuidar zonas de nuestro cuerpo que pueden sufrir una mayor exposición a la luz del sol, como los hombros o la espalda. Pero, ¿qué hay de la cabeza?

Nuestro cuero cabelludo es un lugar mucho más débil y propenso a sufrir daños en la piel por quemaduras de lo que creemos. En general, el pelo suele actuar de barrera a los rayos y evita problemas mayores, pero cuando has decidido raparte el pelo, tienes alopecia o el cabello fino, estás completamente expuesto, y si no haces nada, sufrirás las consecuencias de quemarte el cuero cabelludo. Y os advertimos, no es algo cómodo.

Síntomas al quemarte el cuero cabelludo

Como decíamos, el cuero cabelludo es una zona sensible a sufrir daños en la piel por el efecto de los rayos UV. En caso de que haya sido una quemadura puntual, notarás alguno o varios de estos síntomas al cabo de unas horas o al día siguiente en el lugar de la quemazón:

  • Dolor o sensibilidad
  • Piel cálida
  • Hinchazón
  • Picazón
  • Ampollas
Al raparte el pelo estás más expuesto a los rayos del sol y a posibles quemaduras.
Al raparte el pelo estás más expuesto a los rayos del sol y a posibles quemaduras. Shutterstock

Si dentro de unos días los síntomas persisten, o vienen acompañados de fiebre o náuseas, debes acudir al médico, porque la quemadura puede ser más grave. Si por el contrario mantienes las exposiciones continuadas al sol, ya sea en la playa o trabajando al aire libre, sin ningún tipo de medida preventiva, podrías llegar a sufrir estas afecciones:

  • Envejecimiento de la piel
  • Enfermedades cutáneas
  • Pérdida del cabello
  • Melanoma

Consejos para no quemarte el cuero cabelludo

Para no alcanzar este nivel de gravedad, o ni siquiera tener que soportar una quemadura puntual, te ofrecemos una serie de consejos con los que poder prevenir este dolor innecesario:

Cómo tratar y curar una quemadura en el cuero cabelludo

En caso de que no hayas sido demasiado previsor y te hayas quemado el cuero cabelludo, puedes acelerar la recuperación siguiendo estos pasos.

  • El aloe vera será tu aliado. En general, deja los productos químicos y los champús que no sean naturales a un lado, y utiliza geles y aceites de aloe vera para curar la zona dañada. Notarás los resultados.
  • Las duchas, con agua fría. Si recordáis, uno de los síntomas de una quemazón en la cabeza es que la piel está muy cálida al tacto. Si encima echamos por encima agua caliente, el dolor o la incomodidad se multiplicarán. Por tanto, toca remojarse la cabeza con agua tibia o fría. Otra opción es ponerte una toallita con agua fría en la parte afectada durante unos minutos. Ayudará a aliviar el malestar.
  • Una ducha fría aliviará tu cabeza quemada.
    Una ducha fría aliviará tu cabeza quemada. Freepik
  • Guarda el secador en el cajón. Con tu cuero cabelludo dañado y sensible, lo último que hay que hacer es someterlo a más sufrimiento y presión con el secador. Sal del apuro estético con una gorra.
  • Hidrátate como es debido. Como con prácticamente todas las dolencias, beber agua y mantenerte constantemente hidratado es primordial.

Siguiendo estas pautas, la quemadura desaparecerá a lo largo de los días y se convertirá en una anécdota veraniega que conviene no repetir.

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